¿Cómo valoras el aprendizaje si tu interés está en la meta?.
- Nora Lopez
 - 4 abr
 - 2 Min. de lectura
 

El Coach de Salud, Simon Matthews, nos describe una premisa importante de nuestro trabajo:
"En muchos entornos profesionales (¡e incluso personales!) aprender es algo secundario: un extra, un "premio" que ocurre de camino al verdadero objetivo
Pero ¿y si el aprendizaje no fuera un subproducto, sino el fenómeno principal a trabajar? ¿El propósito real de todo el proceso? "
Lo más sorprendente para mi en el acompañamiento en salud no es solo la mejora de la salud de la persona, sino la transformación que experimenta en su identidad, sus rutinas y su vitalidad.
"Si lo piensas bien, muchas conductas que llevamos a cabo para alcanzar una meta/resultado son pasajeras—reflejan nuestra mejor idea en ese momento, no una transformación duradera.
El aprendizaje—y especialmente cómo aplicamos ese aprendizaje en coaching—es lo que impulsa el crecimiento sostenido de la persona. Es portátil. Reconfigura nuestros modelos mentales internos. Es lo que nos permite adaptarnos, evolucionar y responder a la complejidad futura de nuestro bienestar con mayor capacidad
Muchos estudios respaldan este cambio: El orientar hacia el aprendizaje —en lugar de centrarse solo en los resultados que persigues—se ha relacionado con:
Mayor implicación en las tareas y ejercicios
Más persistencia ante el fracaso
Toma de decisiones más ética
Conductas más innovadoras y adaptativas
Por ejemplo, algunos estudios (abajo) mostraron que:
1) la orientación hacia el dominio de un nuevo hábito (mediada por el aprendizaje) supera a la orientación hacia el rendimiento en cuanto al desempeño laboral.
2) las personas centradas en el aprendizaje tienen más probabilidades de desarrollar una maestría en algo, en lugar de simplemente perseguir métricas.
Entonces, ¿cómo pasamos de tratar el aprendizaje como algo secundario a colocarlo en el centro del proceso?
Aquí van algunas ideas para tus sesiones:
Establece metas de aprendizaje, no solo metas de resultado. Pregúntate: ¿Qué me gustaría comprender mejor al final del este proceso?
Dedica tiempo a la reflexión. ¿Qué he aprendido con este cambio de hábitos? ¿Cómo puedo aplicarlo en otras áreas de mi vida?
Experimenta. Trata tu objetivo como un repositorio de aprendizajes, no como si solo es un éxito o un fracaso (¡ni siquiera como algo que se califica!).
Habla sobre el aprendizaje. Con tu cliente, tus colega, o tu equipo—normaliza la idea de progreso = aprendizaje + integración.
¿Qué has aprendido recientemente—quizá incluso gracias a un fracaso—que haya cambiado tu forma de pensar o de trabajar?
No trates el aprendizaje como un “subproducto”. Conviértelo en el objetivo en sí!!"
En las sesiones de Caching en salud, hay mucha controversia al inicio cuando enseñamos a fijar objetivos.
Insistimos en que el objetivo del proceso no es el resultado: "Perder 8 kilos de peso" "Tener serenidad" "Resistir 5 km corriendo" "No tener estrés".
Más bien el objetivo es el aprendizaje y el nuevo comportamiento que te conduce al objetivo: "Aprender a cocinar por ingredientes e incorporarlo en tus comidas" "Aprender a correr con resistencia" " "Permanecer 15 min cada mañana en contemplación", "Caminar 8000 pasos al día", etc.
¿Dónde pones tu el foco, en las metas o en el aprendizaje?
¡Por tu salud!





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